lunes, 22 de octubre de 2012

Ventolera y rumbos

No se agolpan los pensamientos positivos en la puerta de mi casa ni hacen cola para entrar.
Pero el silencio no es el mejor método para acercarlos. Ya lo sabes.

Como la realidad no cambia, tendremos que ser nosotros.

Voy a pensar en cosas bonitas, un, dos, tres: calentarse las manos frías con una taza de café, acurrucarse bajo el edredón sabiendo que aún falta mucho para escuchar el despertador, un viaje en tren anticipando la llegada, el olor de la ropa y el suavizante, ver mi armario ordenado o una bandeja de sushi.

Ahora, ya. 

Así es más fácil abrir las ventanas.
Y abiertas quedan, a ver si con la llegada del otoño entra una ventolera que cambie el rumbo del aire.

Nota mental: dejad las puertas abiertas, así tiene efecto la corriente.

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