El intento de ser mejores no tiene que estrangular la conciencia de quién es el que te observa desde el otro lado del espejo.
Eres tú y no otro.
Me ha saltado esta canción, suena hoy miércoles, I dream a little dream of me.
Nota mental: qué le pasa a ese señor de las barbas que se esconde de las preguntas. Corre despavorido cuando siente la presión de las respuestas. Será que nos las tiene. Será que argumenta que tiene (del verbo tener, ostentar) la legitimidad (ay!) de los votos. Me pregunto por qué depositar la confianza metamorfoseada en papeleta implica la obligación de aceptar con resginación. Queremos hablar más, conocer más, decidir más.
Queremos que se pare, que hable, que levante la barbilla con su barba y que nos cuente.
Es lo que tiene. Que sólo aprendemos las lecciones cuando pintamos canas. Y algunos, ni eso.
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