viernes, 13 de septiembre de 2013

Lugares



Los lugares respiran.


Al abrir la puerta eres capaz de sentir de qué pie cojea la energía que rebota en las paredes. Los lugares hablan. Respiran. Sienten.
Sólo un segundo y ya sabes si allí tendrás un refugio o si sólo eres un huésped incómodo. Es la luz, el aire, las mesas. Es el color de las paredes, los marcos de los cuadros, la madera de los quicios.

Los lugares te aman. Y te odian. Les molesta tu presencia y se vuelven incómodos, maleducados. O quieren tenerte siempre, y te atrapan.

Los espacios también tienen ojos, y boca. Tienen nombre y callan secretos. Son baúles de recuerdos y escenarios de futuro.
Son nosotros, yo, contigo.

Los espacios te besan con besos líquidos, para que te los lleves puestos cuando salgas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario