miércoles, 9 de mayo de 2012

La SinRazón


Es imposible tener toda la razón durante todo el tiempo. Y digo más, si alguien pudiera alguna vez lograrlo, ¿de qué serviría si los demás podemos creer otra cosa? Lo mires como lo mires termina pareciéndose mucho al pensamiento único y no se me ocurre nada más alejado de los planteamientos de la profesión periodística.

Que un periódico decida llamarse La Razón ya da muchas pistas de su personalidad y sobre todo de las atribuciones divinas e infalibles a las que aspira, al más puro estilo papal. La cercanía a los círculos celestiales es lo que te tiene, te da alas. Y así, crecidos como están, nos deleitan con portadas como la de hoy. Lamentable. Vergonzosa. Indecente. Y propia de quienes no temen reacciones. Ni de sus lectores (o mejor dicho de sus hinchas) ni de sus anunciantes. Según el último EGM, La Razón ocupa el puesto 14 en el ranking de medios impresos, es decir, los peores resultados en prensa nacional generalista y por detrás en número de lectores incluso de varios periódicos regionales.

Conclusión: anunciarse en este periódico es un acto de fe. Y nunca mejor dicho. Así que quienes siguen haciéndolo después de las innumerables muestras del tipo de periodismo que se hace en esa casa no tienen excusa. Lo de hoy no ha sido una excepción. Es comprensible decir, como ha esgrimido el banco que se anunciaba hoy en portada, que no se puede controlar el contenido de cada medio donde se planifica una publicidad. De acuerdo. Pero no es menos verdad que con los años nos vamos conociendo y los dedos de algunas tachables trayectorias escriben lo que ya nos tememos que van a escribir.

Pero, insisto, si les sale gratis y les pone, ¿por qué van a dejar de hacerlo?

Nota meteorológica: si eres capaz de sentir el sol es que ha empezado el verano. Aprovéchalo pues…

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